Hoy al revisar el día, analizar la semana que termina, no puedo parar de pensar, que hoy a sido un día de esos. Uno de los que merece la pena saborear. La gran alegría me la hado mi hijo, al aprender por fin a montar en bicicleta. No es un logro del otro mundo, pero si un paso más para un niño bastante torpe, físicamente hablando. La cara de alegría que llevaba y la ilusión que les desbordaba es mas que suficiente aliciente en la vida de un padre como para ser feliz durante muchos días.
Otro Gran Dia
Hoy al revisar el día, analizar la semana que termina, no puedo parar de pensar, que hoy a sido un día de esos. Uno de los que merece la pena saborear. La gran alegría me la hado mi hijo, al aprender por fin a montar en bicicleta. No es un logro del otro mundo, pero si un paso más para un niño bastante torpe, físicamente hablando. La cara de alegría que llevaba y la ilusión que les desbordaba es mas que suficiente aliciente en la vida de un padre como para ser feliz durante muchos días.
Semana 14. Sexo Probable: Mujer
Por Sergio Villar
Independientemente de si luego se cumple esta predicción, al escuchar estas palabras de boca del ecógrafo te das cuenta de que se te quedaran grabadas a fuego de por vida, cómo se te quedaron frases tales cómo “pero si los reyes son los padres” o “es que a mí el que me gusta es tu amigo”.
Todavía resuenan en mi cabeza. Habíamos llegado al hospital con puntualidad desconocida, sudando Varon Dandy y con los nervios de quién va a ver las notas de un examen. Sabes que estudiaste, sabes que te salió bien, pero siempre te queda el gusanillo de la duda y necesitas que alguien te diga que todo va perfecto, aunque sea el quiosquero del hospital. El ecógrafo llegó 20 minutos tarde, pero en estos casos no protestas, no es plan de cabrear a un tío cuyas palabras te pueden hacer que en menos de 5 meses tengas que cambiar 3 veces el color de la habitación del bebé. Bueno pues allí estábamos con la luz apagada, mi mujer tumbada con la tripa más pringosa que Tommy Lee Jones en la pelea final de Men in Black. Yo cómo siempre callado, entre la camilla y la pared casi sin respirar. En estos sitios el padre es prescindible y debes mimetizarte con el mobiliario, convertirte en atrezzo para que no reparen en ti y te echen con alguna excusa. La enfermera tomando notas y luego estaba aquel gran señor delante de esa máquina tan impresionante cómo desconcertante. ¿Porqué una máquina que costará una fortuna tiene peores gráficos que mi difunto Spectrum 128?
Bueno al tema, el ecógrafo en silencio mirando fijamente la pantalla. Los/as que hayáis visto en vivo una ecografía sabéis lo que sale en esa pantalla, hasta que no enfoca la tripa no salen más que coordenadas y cosas raras. Creí que en cualquier momento iba a decir: “Boeing procedente de Chicago tiene permiso para aterrizar en la pista 7”. Pero no, en lugar de eso por fin apareció un primer plano del bebé. No es amor de padre, pero cómo posa mi niña para las cámaras, que naturalidad, cómo se desenvuelve, vamos, que se ve que la cámara la adora.
De repente ese venerable señor se puso a dictar cosas sin sentido a la enfermera, que afanosamente apuntaba bajo la luz del flexo con el que se sacó la carrera Salomón. Parecía que ella si entendía lo que le decía pero a mi todo aquello me sonaba cómo si estuvieran cambiando las contraseñas de las entradas secretas del cuartel general de la T.I.A. Y de repente, por sorpresa y sin esperarlo, pronunció aquella frase: “Sexo probable: mujer”. Vamos a ver, no es por criticar, pero cómo presentador de espectáculos no tiene futuro este hombre. El otro día tuve que esperar dos horas y 300 anuncios a ver la nueva cara de Gremlin disecado de Belén Esteban y este buen hombre ¿no puede currarse algo de suspense?. No sé: un redoble, una pausa dramática, un “…se admiten apuestas”. Pues nada. Así, a traición. Mi mujer rápidamente me preguntó con la mirada: “¿Sí?, ¿se ve?, ¿se ve que es niña?”. Porque esto es otra cosa. Ella la llevará dentro 9 meses y la sentirá y todo eso pero el que disfruta viéndola en las ecografías es el padre (y esto no se lo digáis, pero les fastidia). Yo me atreví a hacerme visible y aparecí de entre las penumbras cómo el Drácula de Bram Stoker para aportar mi gran frase: “pero, es posible distinguirlo, porque yo no veo nada”. A lo que me contestó si mirarme “Es que si tu fueras capaz de distinguirlo me preocuparía”…… ¡Ole sus cojones! Es mi nuevo héroe, en unos tiempos en los que nadie quiere tomar partido, en el que nadie quiere mojarse, este tío se tiró todo lo grande que era a la piscina. Y lo hizo sin preguntarle, a las 14 semanas y siendo niña que es más difícil verlo. ¡Toma!, ¡Ahí queda eso!.
Es posible que se equivoque pero a mi de momento me ha quitado el síndrome Bibiano Aido que me estaba entrando. Siempre matizando en las frases el “niño o niña”, “él o ella”, sin saber que usar.
Cómo es lógico, con prudencia se lo estamos contando a todos y es curioso porque todo el mundo conoce a una prima de un amigo de un conocido a la que le dijeron que era una cosa y resulto que al final, fue lo contrario. Mención especial tiene el futuro abuelo de la criatura, concretando más: mi padre. Siempre ha alardeado de que adivinaba el sexo de los bebés por el afamado sistema de “por que sí, porque te lo digo yo, que yo lo sé” y en su defensa tengo que añadir que sus estadísticas le avalan. Pero esta vez ha ido más allá y ha sentenciado sin ruborizarse que ese ecógrafo con sus estudios y sus aparatos no tiene ni p*** idea de lo que dice, porque va a ser niño, clarísimo niño. No se puede negar que el abuelo también tiene dos pelotas.
Cómo los métodos del ecógrafo nos parecen más fiables, a día de hoy es niña y si resulta que tiene razón el abuelo, pues no pasa nada, para eso pintamos la habitación naranja.
Sergio Villar
Pre-Padrandome Para Lo Que Venga
Por Sergio Villar
Habrá que aceptar que durante el embarazo de nuestros hijos los padres (masculinos y singulares) somos literalmente unos “Bultos Sospechosos”. En el ginecólogo somos esos bultos que sepultados entre abrigos e informes permanecemos callados y observando a nuestro alrededor tan sorprendidos cómo el niño que se cuela en los vestuarios de Disneyland. Y sospechosos porque inevitablemente, siempre, siempre, te llegará el típico amigote que a ritmo de risotada y palmeo en la chepa te recordará ese clásico de que “la madre está claro que es la madre porque lo ha parido, pero el padre…”. En mi caso, tengo muy claro que soy el principal y único sospechoso de esta investigación pero la historia nos ha dejado algún caso más o menos “mosqueante”. Desde aquí mi recuerdo para Borja Thyssen, para el padre de Julio Iglesias y por supuesto para San José. Padre (sin catarlo) del hijo de Dios y (este dato es una primicia) desconfiado inventor de la que hoy se conoce por la tradicional prueba del pañuelo de las bodas gitanas.
Esta sección semanal no está dirigida solamente a padres o futuros padres, no. Esta sección está pensada para acercar a cualquiera que tenga un poco de curiosidad la visión que de este maravilloso periodo tiene un humilde pre-padre. Servidor.
Espero que os guste.